ESTÉTICA: OPERACIÓN DE MAMAS TUBEROSAS

 

No nos cabe duda de que la cirugía de pechos es uno de los tratamientos más demandados en las clínicas de estética hoy en día. Muchas mujeres lo hacen por sentirse mejor con ellas mismas y tener la talla que les gustaría, otros muchos pacientes son trans y están realizando el cambio de su cuerpo, y hay muchas otras mujeres que lo hacen por alguna malformación congénita, como podrían ser los pechos tuberosos

  

¿Qué son las mamas tuberosas?

Las mamas tuberosas es una malformación congénita no hereditaria del pecho que se puede desarrollar en la adolescencia y que solo se corrige con la cirugía estética. Consiste en un desarrollo insuficiente de la parte inferior del pecho, haciendo que el pecho crezca hacia delante en vez de en redondo, como sería lo habitual.  

De este modo, el pecho no se desarrolla adecuadamente y su aspecto final provoca el de unas mamás demasiado separadas, con forma de tubo y caídas hacia abajo. Normalmente, presentan un tamaño demasiado pequeño.  

  

Esto es solo un problema estético que no está adherido a ningún tipo de enfermedad ni puede ocasionar ningún daño a la salud de la paciente, pero sí puede provocar problemas con su autoestima y con su salud mental. Es por ello que muchas optan por la cirugía plástica.

 

¿Cómo se lleva a cabo esta operación? 

 

La operación que se lleva a cabo dependerá del grado que presente cada paciente. Podemos categorizar esa malformación en cuatro niveles diferentes, cada uno de ellos con una complejidad distinta que permitirá al cirujano determinar el procedimiento a seguir. Para ello habrá que hacer una exploración inicial para asegurarse de la técnica a seguir durante la cirugía. 

  

El primer paso consiste en corregir el problema de tamaño y forma del pecho haciendo unas incisiones internas que corten los tejidos que sujetan los senos. Después, se elimina el exceso de piel y de areola para reubicar el pezón y lograr un aspecto natural. En muchos casos es posible que se necesite utilizar un implante mamario para dar simetría a ambos pechos.  

Esta operación se lleva a cabo con mucho cuidado en zonas estratégicas para que no queden marcas visibles en la piel. Suele durar entre una y dos horas y se realiza con anestesia general. 

  

El posoperatorio es muy liviano, aunque es normal que durante los primeros días se sienta dolor e inflamación en la zona, aunque estos deben desaparecer por completo antes de una semana. Tras la segunda semana, se eliminan los puntos, y durante un mes la paciente tiene que llevar un sujetador especial que le ayude a acelerar la recuperación y a que se mantengan los resultados de la operación.  

  

Si se han utilizado prótesis mamarias habrá que esperar algunas semanas a que se acomoden en la zona correcta. Por tanto, los resultados definitivos de esta operación se verán a partir del tercer mes. 

  

Podemos agradecer que los avances en la ciencia y la tecnología permitan solucionar de forma tan sencilla problemas de malformaciones como esta.  

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